02 octubre 2018

De repente, un samurái

Éste verano me he atrevido a hacer un samurái. Había hecho alguno hace bastante tiempo, pero no había repetido experiencia ya que siempre me han pedido geishas. Pero esta vez, una persona necesitaba un samurái para alguien que le gusta el Aikido, y no podía defraudarla. He aqui el resultado.



Si me has seguido en redes sociales, ya lo conocerás. Me ha gustado el resultado, así que repetiré experiencia.
Como sabéis, en cada marcapáginas escribo un relato y el samurái no podía ser menos. Aquí lo tenéis.

HIROAKI MATSUYAMA, de Rocío Proy
Fue conocido, hace muchos muchos años, por convertirse en un espíritu errante. Hijo y nieto de samuráis, se esperaba de él el mismo destino. Pero Hiroaki no quería ser un guerrero y prefería ayudar a los demás. A espaldas de su familia, iba de pueblo en pueblo ayudando a aquellos que lo necesitaran. Un buen día, su secreto llegó a oídos de su padre, que henchido de ira, exigió a Hiroaki restablecer el honor perdido de la famlia. Se cuenta que durante su Seppuku miró a los ojos a su padre mientras prometía que volvería de su tumba. Tiempo después se vió su espíritu ayudando a los mortales a conseguir sus sueños, asustando a todo aquel que quería impedirlos.

Espero que os haya gustado. Seppuku es el término formal de lo que conocemos como Harakiri, el método con el que se suicidaban los samuráis. Se nota que me gustan las historias de fantasmas japonesas, aunque os cuento un secreto, soy incapaz de ver una película de terror de Japón, porque luego no puedo dormir...

2 comentarios :

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